Lo malo de las AFP

La inequidad entre la AFP y los afiliados
EL SISTEMA PRIVADO DE PENSIONES – Segunda parte
Roberto Angulo I Artículos y Notas
PUBLICADO: 2014-08-22
   
Cada afiliado entrega mensualmente el 10% de su sueldo al Sistema Privado de Pensiones, con el propósito de obtener una pensión digna para pasar una vejez sin sobresaltos, acorde con su estándar de vida actual. La Administradora del Fondo de Pensiones da, en contraparte, una esperanza difusa en forma de promesa de pensión, que se reembolsaría de acuerdo a las ganancias obtenidas por la inversión realizada por la misma.

Aquí comprobamos una enorme desproporción en las obligaciones de uno y otra, porque mientras el afiliado abona obligatoriamente cada mes, las administradoras no se comprometen en la misma forma, ni a pagar siquiera una pensión fija y proporcional al dinero recibido durante los 40 años de vida laboral del aportante. Más de 75,000 jubilados reciben en promedio 500 soles mensuales , debido a los vaivenes de la economía.

Si el dinero del fondo del aportante se incrementa mediante las inversiones efectuadas por la administradora, ambos ganan. Sin embargo, si la administradora pierde, el único perjudicado es el afiliado. Esto lo podemos comprobar con la historia del desempeño de las AFP. Éstas han recibido en total más de 70 mil millones de soles, del aporte obligatorio de todos sus afiliados; sin embargo, solamente han producido 40 mil millones en 20 años de ejercicio, cuando deberían haber generado mucho más si ajustáramos estas cifras a la inflación y a un interés mínimo.

Según nuestros cálculos, todo el Fondo debería alcanzar los 140 mil millones de soles sólo para conservar el valor de este dinero en el tiempo, pero éste solo ha acumulado un total de 108 mil millones. Es como si entregáramos 100 mil soles hoy día y recibiéramos 80 mil desvalorizados soles dentro de 40 años, mientras que las administradoras han disfrutado durante todo este tiempo del dinero recibido, invirtiéndolo en sus propios negocios para obtener ingentes ganancias.

Asimismo, el afiliado abona el 30% de sus aportes mensuales para que la AFP administre su dinero. Se trata, en realidad, de una enorme estafa, no solo por la magnitud de la comisión pagada, sino por el hecho mismo de pagar por entregar nuestro propio dinero para ser “administrado”. Es como si fuéramos a un banco y solicitáramos un crédito por 100 mil soles y el banco nos diera 30 mil soles adicionales por el hecho de utilizar su dinero con solo la promesa de devolver el monto principal, quedándonos con los 30 mil. Si esto fuese “normal” toda entidad financiera quebraría y el mismo régimen económico colapsaría. Pero esto es lo que sucede realmente, en sentido inverso, por lo que más de 6 millones de peruanos estamos sometidos a un fraude de proporciones descomunales, permitiendo que 5 empresas nacionales y multinacionales nos cobren una comisión por el mero hecho de administrar nuestro dinero. Así, les transferimos miles de millones de soles en calidad de comisiones sin que ellos hayan invertido de su propio dinero.

En un contrato, es fundamental que exista un principio de equidad, cuidando que todos los participantes ganen y estén conformes. Es preciso también, que haya una máxima de justicia, que olvidaron todos cuando se trató de dar el dinero del pueblo.

Justicia y equidad, están ausentes en el actual sistema previsional peruano y es imperativo que corrijamos tremenda atrocidad. No podemos permitir que tanto dinero, que podría servir para el desarrollo de nuestro país, esté en manos de unas cuantas empresas, sirviendo para el lujo y boato de una corte de inmorales y apátridas. Recuperemos el dinero que nos corresponde.

Roberto Angulo Álvarez. Congresista de la República
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 3 NOVIEMBRE 2015
TRES VERDADES QUE LAS AFP JAMÁS PONDRÁN EN NINGÚN COMERCIAL

Diego Castillo
Periodista
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Un video raro que está circulando en redes sociales y que busca ser divertido te dice que el presente es paja y que el mañana será igual de paja si pones tu dinero en una AFP, cualquiera de las pocas que están en el mercado (¿alguien dijo “oligopolio”?).

Mostrando a trabajadores de oficina y al señor de rasgos andinos disfrazado de pollo, las AFP recuerdan que todos estaremos felices porque nuestro dinero –que destinan en su mayor porcentaje a las empresas del mismo grupo al que pertenece tu AFP favorita– está siendo invertido en proyectos que serán beneficiosos para el país y para sus bolsillos.

Este es el famoso video:



Y esta es tu reacción


Kill me please. Imagen: The Wire
Sí, ayer la Asociación de AFP (compuesta por Hábitat, Integra, Prima y Profuturo), como parte de su campaña “AEFEPÉS: Mejor Hoy. Mejor Mañana”, intentó decirnos al ritmo del YMCA, que usa nuestro fondo de pensiones para obras. Pero los afiliados no solo quieren saber a dónde va a parar su dinero, sino que existen otras cosas igual de importantes que estas empresas creadas durante el gobierno de Fujimori deben explicar… como por ejemplo:

1. Reducción de costos sin fecha

De acuerdo con el presidente de la Asociación de AFP, Luis Valdivieso, están reduciendo sus costos administrativos y pronto podrían reducir las comisiones que cobran a los afiliados, pero no dan cifras de reducción ni fecha para la ejecución de la medida.

2.Aumenta el fondo solo si aumenta el aporte

Valdivieso afirma que existen alternativas para que los afiliados incrementen el monto de sus pensiones, pero la medida es muy criticada porque los aportantes a las AFP tendrían que aumentar su contribución ¡Noooo! ¿en serio? Nunca me lo hubiese imaginado, cuando lo que se exige, amigos de las AFP, es que a sus afiliados les cobren menos. Además,Valdivieso no da cifras ni plazos del aumento del monto.

3. La desinformación ya es criticada por el MEF

Ya lo ha dicho el ministro de Economía, Alonso Segura, en RPP:

“se debería hacer toda la campaña informativa pues hay que entender que eso no se aplica ahora recién desde el próximo año. Primero que se entienda,  y que difundan toda la información sobre en qué se basa este estudio y después de qué medidas se pueden adoptar”, dijo.


Lo único que han dejado claro la Superintendencia de Banca, Seguros (SBS) y la Asociación AFP, es que con la realización de un cambio en las tablas actuariales, se ha elevado la esperanza de vida de los afiliados en tres años, en ambos sexos (de 84 años a 87 años para los varones y de 87 años a 90 años para las mujeres). Esto reduciría las pensiones a recibir por aquellos aportantes que se jubilen a partir del 2016, entre 3% a 5%, y ha provocado que las pensiones futuras se reduzcan. Esto, por ejemplo, ya no es tan paja y creemos que tampoco colocarán esta información en alguno de sus divertidos comerciales.

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LA GRAN ESTAFA: El Sistema Privado de Pensiones
De como se genera la incertidumbre previsional
Roberto Angulo I Artículos y Notas
PUBLICADO: 2014-07-30
   
Desde 1993, los trabajadores debemos aportar a una Administradora del Fondo de Pensiones, conocida como AFP. El monto es del orden del 10% del sueldo, más 3% del sueldo, como comisiones y seguros. Es decir, el trabajador paga el 30% de su aporte para que la AFP, administre su dinero. Por ejemplo, si su sueldo es de 1000 soles, debe abonar 100 soles, como depósito y el 30% de estos 100 soles, 30 soles, como pago al administrador. La idea es que sus aportes, constituyan un fondo para ser utilizado cuando el trabajador se jubile.  

Hasta aquí todo podría parecer bien, pero hay ciertas asimetrías que debemos destacar: la primera y más saltante es el monto exorbitante que se paga por administración, el 30% de la cantidad que se aporta mensualmente. Pero, además, este pago se realiza a cambio de un albur, porque el depósito es invertido a discreción de la administradora y si se gana, está bien y si se pierde también. Total, el dinero perdido es del trabajador, no de la administradora. Esto es un contrasentido, algo que escapa a todo razonamiento lógico y económico.

Veamos, cuando necesitamos dinero y acudimos a un banco, éste nos exige un pago en forma de interés por el dinero que nos está prestando, además pide que paguemos por un seguro y por otros gastos. Esto es lo normal, en el entendido que nosotros solicitamos el dinero para invertirlo en un negocio y que, por lo tanto, vamos a tener utilidades. Pero ningún financista nos prestaría dinero y adicionalmente nos daría, en forma de pago, dinero extra por administrar el dinero prestado. Si fuese así todo el sistema económico se trastocaría y entraríamos en una suerte de locura financiera comprometiendo todo el cuerpo social. Esto es lo que sucede con los usuarios y con el Sistema Privado de Pensiones, al que entregamos un dinero y pagamos para que lo administre y no recibimos algo a cambio, salvo una incertidumbre.

Las implicancias de este hecho son importantes y nos afectan a todos, porque el incremento mensual del fondo se da con la pérdida del poder adquisitivo del aportante a cambio de una pensión incierta o muy disminuida por los avatares económicos, que se suceden durante los cerca de 40 años de continuos aportes. Sin embargo, cuando el mismo trabajador necesita recursos, acude a los que tienen su dinero, solicitándoles un préstamo, el que obtiene a tasas usureras, a un altísimo interés. Se da así la paradoja de financiar a sus propios verdugos.

Asimismo, tenemos que casi el 50% del fondo se invierte en el exterior, generando el absurdo que miles de trabajadores peruanos, muchos de ellos en situación económica extrema, financian a grandes corporaciones extranjeras a tasas ínfimas o negativas. Por otro lado, esta inversión, requiere de divisas, aproximadamente 15,000 millones de dólares, influyendo en el tipo de cambio, al elevar artificialmente el valor del dólar, en detrimento de las mayorías nacionales y favoreciendo a las empresas exportadores, muchas de ellas, multimillonarias y extranjeras, como las mineras. Así, nos encontramos en la ilógica situación, pero muy común en un sistema perverso como el nuestro, de que el pobre sostiene al rico.

Además de este panorama, de por sí dantesco, las AFPs se dirigen hoy a los trabajadores independientes para quitarles más del 13% de su sueldo, gran parte de ello como comisión. Es que la voracidad de estos vampiros económicos no tiene límite. No les basta haber ganado cerca de 12 mil millones de soles, sin invertir gran cosa, quieren más todavía y lo están consiguiendo. El patrimonio de millones de peruanos está en peligro.

Por todo ello, consideramos que el Sistema Privado de Pensiones, constituye una estafa de grandes proporciones y de carácter descomunal. Un sistema que debería desaparecer, en bien de los millones de peruanos que sufren, mes a mes de un despojo inaudito.

Roberto Angulo Alvarez, Congresista de la República.

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Pensiones Dignas: Alternativa a las estafadoras AFP

Por Diario UNO el noviembre 11, 2015
Las AFP son una estafa a la vida, y a la vejez. La población adulta mayor son 1.8 millones, la que se incrementará rápidamente, pasando del actual 6% de la población total, al 17.1% en 2050; y al 29.9% en 2100. Dos tercios de los individuos entre 44 y 64 años no están afiliados a ningún sistema de pensiones contributivas. De los adultos mayores, solo la cuarta parte recibe una mísera pensión, y el resto está condenado a la extrema pobreza.

Los sistemas públicos y privados de pensiones están en crisis. Los jubilados del Sistema Público (ONP) y los del Privado (AFP) sufren esta ignominia. He presentado el 18 agosto 2014 el Proyecto de Ley 3721/2014-CR, para crear un sistema de pensiones multipilar público y privado, y garantizar reales pensiones dignas. Esta política es obligación para una Patria Digna.

Las AFP son una estafa. Se basan en aportes individuales que utilizan las AFP para hacer negocios propios, mientras dan miserias a sus estafados afiliados. En sus 20 años de existencia se caracterizan por lo siguiente: Baja cobertura con pensiones por debajo del Salario Mínimo Vital. Un 57% de sus pensionistas cobran menos que el sueldo mínimo (S/.750); mientras que un 27% de ellos cobra incluso menos que la pensión mínima de la 19990 (S/.415). A diferencia del SNP, los afiliados de AFP-SPP no gozan de una pensión mínima. Y les calculan el aporte con la estafa que van a vivir 105 años, no devolviéndolo cuando mueren. Tienen alta rentabilidad, derivada de los ingresos obtenidos mediante la Comisión y prima de seguros como porcentaje del salario del asegurado (3%), mientras manejan como patrimonio propio y con sus propias ganancias, los montos aportados por los estafados aportantes.

Las AFP son un oligopolio, que usan el abusivo ahorro de afiliados como propio, pues son instrumentos de la plutocracia financiera. Los tres bancos vinculados a las AFP (BCP, BBVA y Scotiabank) absorben casi el 80% de las inversiones del fondo en el sector bancario.

Planteo crear un nuevo sistema Multipilar. Con un primer escalón público y obligatorio, universal y solidario basado en un fondo común, que garantice una mayor cobertura y equidad a los afiliados; financiado por los afiliados y por el Estado que debe destinar un componente tributario, a determinar en base a los estudios actuariales con proyección a 2050. Da cobertura al sector poblacional no contributivo, como una pensión social digna. Un segundo escalón público-privado a manera de una AFP, donde se administren los aportes actuales de los afiliados que lo deseen. Y un tercero, de carácter voluntario, donde cada persona puede contratar con una AFP o institución financiera especializada con fines de ahorro voluntario, debiéndose desarrollar en el mercado financiero productos de rentabilidad de largo plazo.
Manuel Dammert Ego Aguirre

Congresista de la República
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jueves, 11 de septiembre de 2014
AFP RADIOGRAFÍA DE UNA ESTAFA

Por Diario UNO el septiembre 1, 2014
AFP UN SISTEMA PERVERSO. Luego del autogolpe de Alberto Fujimori en 1992, el soporte de Carlos Boloña fue fundamental para el sistema de las AFP en el Perú, que fue un calco abusivo del instaurado en Chile.
El exministro de Trabajo en aquel entonces, el economista Jorge Gonzáles Izquierdo, también se metió en la colada.
Comandó sin éxito la AFP El Roble. Asimismo, los periodistas Humberto Martínez Morosini y Raúl Vargas de RPP, salieron a vendernos en diversos avisos y medios de comunicación el mecanismo como una panacea. Lo máximo maximorum. Un montón de incautos fueron entonces afiliados por un ejército de vendedores. Y claro, en un lapso relativamente pequeño, llegaron a registrar 5 millones de trabajadores dependientes. Todo un boom. Presionaron para liquidar a la ONP, pero por angas o por mangas, no pudieron.
Durante los más de veinte años que viene durando el sistema, nos atosigaron con las visitas regulares de otro exministro de Trabajo: el chileno José Piñera Echenique, padre de la criatura; quien se despachaba a su gusto sobre las maravillas del sistema, no señalando las diferencias de formalidad laboral y bancarización entre los dos países.
Existíamos unos pocos que mostrábamos su perversidad. Y señalábamos que más favorecía al mercado de capitales que a los trabajadores. De nada servía que advirtiéramos que el cobro de más del 30% adelantado por comisiones y seguro era una barbaridad. El sistema siguió viento en popa.
Quedaron entonces cuatro AFP que se repartían utilidades y pagaban jugosas remuneraciones a sus directivos. Luego, con este gobierno se promocionó el tema de la reducción de comisiones. Una primera licitación fue calcada del sistema chileno y pretendía que entrara competencia al mismo, ofertando comisiones más bajas y asegurándole dos años de “exclusividad” para los nuevos afiliados. La ganó Habitat, una AFP chilena. A su vez, una promocionada comisión por saldos en lugar de la vigente que se cobra por adelantado, perdió por goleada. No fue entendida. Los de las AFP le hicieron la contra campaña con Luis Valdivieso, jubilado del FMI, exembajador y exministro de Alan García, despachándose a su gusto y, por supuesto, con la aquiescencia de varios medios de comunicación.
Como el lobby empresarial quería más billete y millones de afiliados ya no aportaban, se introdujo hace un año a todos los independientes menores de 40 años compulsivamente al sistema. Al desatarse las obvias protestas, se postergó el inicio, señalando que el aporte al ahorro forzoso empezaría con 2.5% para llegar en 4 años al 10%. Pero las protestas siguieron a flor del día hasta que el Congreso se vio obligado a derogar el aporte confiscatorio. El caso es que los defensores del sistema señalan que el independiente promedio tiene que ahorrar para su vejez y no ser una carga para el Estado. Lo insólito es que los chilenos acaban de postergar la obligatoriedad para sus trabajadores independientes por sexta vez y el gobierno de la presidenta Bachelet está propiciando financiar con los saldos de los afiliados, que ya no aportan, una nueva AFP estatal con el objetivo de regular las enormes comisiones que cobran en el sistema, amén de que al haberse alargado la esperanza de vida, ya se está reconociendo que las pensiones son muy bajas y que por ello habría que aumentar el aporte, aunque a cargo del empleador, e incluso llevar la edad de jubilación a 70 años.
En el ínterin, por comarcas peruanas, han ocurrido al menos dos cosas saltantes, o mejor dicho, los sufridos aportantes han notado dos situaciones peliagudas.
PRIMERO, la gente ha tomado nota de que las pensiones son muy malas, pues los años de aporte y el monto en función de los ingresos son las variables que hacen importante a la pensión y no la supuesta “maravillosa rentabilidad” que ha engañado hasta a PPK, quien de hecho y tal vez por flojera, no ha pedido a sus asesores que le hagan cálculos.
Y SEGUNDO y más grave que lo anterior, es la no disponibilidad de todo el dinero acumulado cuando se cumplen los 65 años. En un reciente programa televisivo, preguntado un defensor acérrimo de las AFP por un conductor atarantador si uno podía tomar parte del dinero para tratar una enfermedad terminal de un pariente cercano, la respuesta fue brutal. Dijo que de ninguna manera, pero que tal vez se podría utilizar el dinero acumulado como garantía para un préstamo bancario. Qué bárbaro, ¿no? Ah, y es menester señalar que el gobierno de Humala, que dice que le sobra la plata, ya se ha metido al bolsillo, mediante la emisión de Bonos Soberanos, parte del dinero del fondo de los trabajadores en un monto de casi un 20%, lo que no es nada despreciable. Lo paradójico es que gran parte de ese dinero —y en varias oportunidades— se ha utilizado para gastos corrientes.
EL AHORRO COMPULSIVO
Permítaseme, asimismo, señalar algunas cosas que quedan en el aire cuando personajes del sindicato de las AFP o de una consultora privada ligada a sus propios intereses sale en los medios de comunicación a tratar de convencernos de que este sistema de ahorro previsional compulsivo es “bueno para el país”:
1. En primer lugar, comparar este con el sistema público de antaño no es lícito, pues callan en todos los idiomas que las pensiones tanto del Seguro del Empleado como las del Fondo de Jubilación Obrera eran de orden tripartito (trabajador, Estado y empresario); y que lo que aportaba el trabajador no llegaba ni siquiera al 2% contra el 13% que resulta ahora. En consecuencia, solo por lo mencionado los sistemas son incomparables y, además, en aquellas épocas la inflación y las devaluaciones de la moneda eran incontenibles.
2. Un segundo tema es que esos defensores dicen que “no es bueno que los trabajadores no ahorren”. Al margen de que muchos sí lo hacen, como lo ha señalado el Dr. Richard Webb al señalar la cantidad de inmuebles y negocios que han aflorado en el país, uno se pregunta el porqué de si estos buenos señores están tan preocupados, no protestan por el hecho de que hayan proliferado más de 21 millones de tarjetas en el mercado peruano, 8 millones de ellas de crédito. Y por propia boca de la SBS, las transacciones mensuales hasta el año pasado eran de S/. 18,000 millones por mes.
En consecuencia, el argumento del ahorro forzoso se cae por sí mismo, amén de que no hay ningún estudio serio que haya sistematizado cómo son las características de este sector de trabajadores independientes de menos de 40 años, así como la clamorosa falta de análisis e investigación del sector laboral informal, que no solo responde a aquellos que jamás figuran en planillas por su propia idiosincrasia y por pertenecer a la “ economía subterránea”, sino porque a cada momento los gurús opinólogos que salen en los medios, dicen que muchos empresarios, para evitar las cargas sociales, obligan a gran parte de sus trabajadores dependientes a fungir de independientes.
Es lógico, además, colegir la enorme hipocresía del Gobierno al haberle dado pase a esta ley compulsiva para los independientes y a favor de las AFP y de quienes se financian con los recursos de los trabajadores, cuando el verdadero problema es la “Informalidad” que está ligada al no pago de impuestos y que muchos estiman en un número mayor del 50% de trabajadores de la denominada Población Económicamente Activa (PEA).
Por lo tanto, el asimilar a los independientes a las AFP (ahora derogado) solo tenía como motivo que estos mercantilistas de las AFP, que se vienen llenando los bolsillos por dos décadas sin riesgo alguno, ganen más dinero y que se amplíe el mercado de capitales para que los allegados a los que manejan las AFP, y que cumplen los requisitos de calificación y riesgos inventados o copiados por ellos mismos, sean un canal cada vez mayor para conseguir dinero oportuno y barato.
El Congreso ha derogado los artículos de la norma que obligaban a los trabajadores independientes a financiar a la AFP Habitat.
CONCLUSIÓN
Tal vez para terminar valga la pena agregar un ejemplo de lo que ya es el colmo de este sistema que funge de protector y que señala la irresponsabilidad del trabajador independiente hacia el ahorro y por ende al despilfarro. En la famosa Renta Vitalicia que es una de las alternativas que se tiene cuando uno llega a la edad de jubilación, uno “vende” su fondo acumulado a la Compañía de Seguros, normalmente ligada a la AFP; y mediante una serie de cálculos, supuestamente recibe una pensión hasta su fallecimiento. Preguntado el Presidente del Sindicato de las AFP en la TV sobre “qué sucedía si por esos azares del destino, luego de que el trabajador optara por esa modalidad, fallecía”, al defensor acérrimo de las AFP solo le quedó afirmar que la Compañía de Seguros se quedaba con toda su plata, pues eso es lo que la ley señala.
El Congreso ha derogado finalmente el cobro compulsivo a los trabajadores independientes luego que la Premier aseguró que el Ejecutivo no podía hacerlo porque la AFP Habitat hacía juicio, cosa que no es cierto.
Hay que dejar de lado esa tontería que el sistema privado SPP es mejor que la ONP. A la fecha y como hemos redundado en este artículo, los únicos favorecidos son los accionistas de las AFP, una elite de directivos y trabajadores, y los que se financian con el sistema que no solo es el Gobierno, sino también una serie de empresas allegadas a las mismas AFP.
La perversidad del sistema ‒y pese a sus mejores condiciones del mercado laboral‒ ya se muestra en Chile, ¿qué esperamos nosotros para una discusión a fondo de sus “maleficios”?.
Dennis Falvy
Economista

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